PAN DE PALABRA MARTES.
PRIMERA LECTURA. Del libro de Isaías 55, 10-11
Esto dice el Señor: “Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL. Salmo 33 – R/. El Señor libra al justo de todas sus angustias.
- Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.
- Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
- Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. R/.
- Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. R/.
EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando ustedes hagan oración no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar, serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes, pues, oren así: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas”. Palabra del Señor.
PARA MEDITAR: La Palabra de Dios pide una respuesta del hombre. Y como positivamente eficaz se evidencia en aquellos que saben orar y perdonar, según dice el evangelio de hoy. En él habla Jesús de la oración. Esta no es palabrería hueca, sino alabanza y gloria a Dios, anhelo de su Reino, aceptación de su voluntad, deseo del pan de cada día y del perdón divino, condicionado al que nosotros otorgamos a quien nos ofende, petición de ayuda para vencer las tentaciones de cada día y, sobre todo, la gran prueba final para no negar a Cristo, así como vernos libres de todo mal para poder servir a Dios fielmente.
Son las peticiones del Padrenuestro, la oración cristiana por excelencia, la única que nos enseñó Jesús, la oración más fácil, profunda y sencilla de todas, la que es modelo y resumen de toda oración. La oración del Padrenuestro es, ante todo, una respuesta de fe a Dios que nos habló antes y de manera inigualable por su propio Hijo, Cristo Jesús, en quien nos lo dio todo. Él es la palabra creadora y eficaz de Dios, más efectiva que la lluvia y la nieve sobre el suelo, hasta el punto que, gracias a esta palabra, de nuestra árida tierra brotó el Salvador.
Padre nuestro, padre de todos. Jesús habló siempre de Dios con el término “Padre”, habitualmente “mi Padre”. Pero al enseñarnos a orar, sorprendentemente dice que nos dirijamos a Dios llamándolo nosotros “Padre nuestro”. Por tanto, al repetir el Padrenuestro hacemos eco a la oración que Jesús mismo practicaba, llamando a Dios “Padre”. Como un niño pequeño, balbucimos lo que ha dicho el hermano mayor; y lo hacemos movidos por el Espíritu, pues nadie puede llamar a Dios “Padre” sino a impulsos del Espíritu de Jesús, el Hijo por naturaleza.
¡Padre nuestro! Santa Teresa de Ávila decía que a menudo le bastaban estas dos palabras para sumirse en larga oración. Llamar a Dios “Padre” no es una ficción poética ni una licencia sentimental. Dios es realmente nuestro Padre, aunque no exactamente como lo es de su Hijo, Cristo Jesús, la segunda persona de la Santísima Trinidad. No somos hijos de Dios por naturaleza, sino por adopción.
PARA REFLEXIONAR: ¿Qué sentido tiene para nosotros la oración y la Palabra de Dios, especialmente en este tiempo de gracia como es la Cuaresma? ¿Qué espacios les damos en nuestra vida diaria?
ORACIÓN: Queremos repetir sin cesar el Padrenuestro para aprender a vivir la vida que nos viene de ti, para sentir tu ternura y providencia sobre nosotros, para responder debidamente a un cariño tan abrumador. Amén.