Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA MAY 20 DE 2022

PAN DE PALABRA VIERNES.

 

PRIMERA LECTURA. Del libro de los Hechos de los Apóstoles 15, 22-31

Los apóstoles y los presbíteros, en unión con toda la iglesia, decidieron escoger a algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Escogieron a Judas Barsabá y a Silas, hombres eminentes en la comunidad. Y con ellos enviaron la siguiente carta: “Los apóstoles y los presbíteros saludan fraternalmente a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia que no pertenecen a la raza judía. Habiéndonos enterado de que algunos de nuestra comunidad, sin autorización nuestra, han ido a inquietarlos y a perturbar los ánimos, hemos decidido unánimemente escoger a algunas personas y enviarlas en compañía de nuestros queridos hermanos Bernabé y Pablo, que han consagrado sus vidas al servicio de nuestro Señor Jesucristo. Les enviamos a Judas y a Silas: ellos les comunicarán de palabra las disposiciones siguientes. El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido, en efecto, no imponerles ninguna otra obligación fuera de lo indispensable. Así pues, absténganse de comer carnes ofrecidas a los falsos dioses, de la sangre, y por tanto de carne que conserve huellas de sangre, y de toda unión carnal prohibida por la Ley. Si se apartan de estas cosas, harán bien. Les deseamos completo bienestar”. Los despidieron, pues, y ellos bajaron a Antioquía, y una vez reunida a comunidad le entregaron la carta. Cuando la leyeron, se llenaron de alegría por el ánimo que les infundía. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 56  –  R/. Te daré gracias ante los pueblos, Señor.

  • Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. Voy a cantar y a tocar: despierta, gloria mía; despierten, cítara y arpa, despertaré a la aurora. R/.
  • Te daré gracias ante los pueblos, Señor; tocaré para ti ante las naciones: por tu bondad, que es más grande que los cielos; por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. R/.
  • Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria. R/.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Juan 15, 12-17

En la Última Cena, dijo Jesús a sus discípulos: “Este es mi mandamiento: ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace el amo; los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que escuché a mi Padre. No me escogieron ustedes a mí; fui yo quien los escogí, y los destiné para vayan y den fruto, y un fruto permanente. Así, todo lo que pidan al Padre en mi nombre, Él se lo concederá. Esto es lo que les mando: ámense los unos a los otros”. Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: Amor y amistad de Jesús. El evangelio de hoy contiene dos ideas básicas: la amistad de Jesús con sus discípulos y, como consecuencia, el amor fraterno. El texto empieza y concluye con la misma consigna: mandamiento del Señor sobre el amor fraterno: “Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado… Esto les mando: que se amen unos a otros”. Jesús dice que este es “su” mandamiento; y en otro pasaje de la despedida lo califica de “nuevo”, e incluso sitúa en el amor fraterno la “señal” externa de identificación de sus discípulos.

 

Según el deseo y mandato expreso de Cristo, los creyentes deben amarse mutuamente. ¿Por qué? Porque ellos han sido previamente amados por Él: ámense como yo los he amado. ¿Pruebas de este amor? Muchas, en especial la mayor de todas: morir por sus amigos. “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. El amor que se sacrifica es el más auténtico. “A ustedes los llamo amigos”, dice Jesús a quienes hasta ese momento eran discípulos del maestro y Señor. ¡Sorprendente!.

 

El plan salvador de Dios es un círculo de amor abierto a todos sin discriminación, como se desprende de la carta apostólica del concilio de Jerusalén que tenemos en la primera lectura. En ese plan todos podemos entrar gracias al designio amoroso del Dios uno y trino, realizado en Cristo nuestro salvador. El Padre engendra al Hijo por amor, y del mutuo amor de ambos procede el Espíritu Santo. Pero como Dios, que es amor, ama también al hombre, su amor bajó hasta nosotros por Jesucristo. Y está dándosenos continuamente por el Espíritu Santo, que es espíritu de amor. Amando nosotros a nuestros hermanos con el amor que Jesús nos tiene, devolvemos al Padre el amor que en Cristo nos manifiesta.

 

PARA REFLEXIONAR: ¿Qué tan comprometidos nos sentimos en la marcha y purificación de nuestra Iglesia? ¿Cómo expresamos prácticamente la autenticidad de nuestro amor por el prójimo?

 

ORACIÓN: Enséñanos Señor, a corresponder a tu amistad y tu elección para que demos fruto abundante y duradero. Ensancha nuestro corazón a la medida del tuyo. Amén.

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