Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA MAR 20 DE 2022

PAN DE PALABRA DOMINGO.

 

PRIMERA LECTURA. Del libro del Éxodo 3, 1-8a.13-15

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián. Llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, la montaña de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse. Moisés se dijo: “Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver por qué no se quema la zarza”. Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: “Moisés, Moisés”. Respondió él: “Aquí estoy”. Dijo Dios: “No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado”. Y añadió: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”. Moisés se tapó la cara, porque temía ver a Dios. El Señor le dijo: “He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas contra los opresores; conozco sus sufrimientos. He bajado a librarlo de los egipcios, a sacarlo de esta tierra, para llevarlo a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel”. Moisés replicó a Dios: “Mira, yo iré a los hijos de Israel y les diré: ‘El Dios de sus padres me ha enviado a ustedes’. Si ellos me preguntan: ‘¿Cuál es su nombre?’, ¿qué les respondo?”. Dios dijo a Moisés: “Yo soy el que soy”; “esto dirás a los hijos de Israel: ‘Yo soy’ me envía a ustedes”. Dios añadió: “Esto dirás a los hijos de Israel: ‘El Señor, Dios de los padres de ustedes, el Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a ustedes. Este es mi nombre para siempre: Así me llamarán de generación en generación’”. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 102  –  R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

  • Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R/.
  • Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; Él rescata tu vida de la fosa, y te colma de gracia y de ternura. R/.
  • El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.
  • El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre los que le temen. R/.

 

SEGUNDA LECTURA. De la Primera carta de san Pablo a los Corintios 10, 1-6.10-12

No quiero que ignoren, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y por el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo codiciaron ellos. Y para que no murmuren, como murmuraron algunos de ellos, y perecieron a manos del Exterminador. Todo esto les sucedía alegóricamente y fue escrito para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se crea seguro, cuídese de no caer. Palabra de Dios.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Lucas 13, 1-9

En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió: “¿Piensan que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Les digo que no; y, si no se convierten, todos perecerán lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿piensan que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les digo que no; y, si no se convierten, todos perecerán de la misma manera”. Y les dijo esta parábola: “Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?’. Pero el viñador respondió: ‘Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar’”. Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: Las características de este domingo son dos: la figura de Moisés en la primera lectura y el episodio de la higuera, con la llamada a la conversión en el evangelio.

 

En el repaso de la historia de la salvación que hacemos en los domingos de Cuaresma con las primeras lecturas, después de recordar el domingo pasado a Abrahán, hoy se nos presenta a Moisés, el gran líder que sacó al pueblo israelita de Egipto y lo condujo a través del desierto hasta las puertas de la tierra prometida, en un momento decisivo de la historia de Israel.

 

Invitación a la conversión. Los evangelios de Lucas elegidos para este ciclo C se refieren sobre todo a la necesidad de la conversión, del cambio en el estilo de vida, como elemento fundamental de nuestro camino hacia la Pascua.

 

Jesús, interpretando los hechos de vida de su tiempo, nos invita a la conversión. Al hablar de los muertos que hubo cuando la autoridad civil decidió aplastar la revuelta de algunos galileos, o de las víctimas del accidente cuando se derrumbó un muro, termina igual: “si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera”.

 

Una conversión, si es auténtica, “hace daño”, porque significa meter” el dedo en la llaga” y corregir las raíces de nuestros males. Si hay que “operar”, tenemos que estar dispuestos a hacerlo, y no conformarnos con aplicar una pomada suave que no llega a las raíces de nuestro mal.

¿Somos higueras que dan fruto? Nos lo dice Jesús con la parábola de la higuera, que si no da frutos es inútil que ocupe lugar. Es una parábola que nos interpela de lleno a cada uno y a la comunidad eclesial. No quiere meternos angustia en el cuerpo, pero sí estimularnos a dar frutos, y este año, sin esperar al que viene.

 

PARA REFLEXIONAR: ¿Nos sentimos realmente llamados y enviado a producir frutos de justicia, liberación y fraternidad en el mundo, o soy higuera estéril?

 

ORACIÓN: Señor, tú que quieres libertad, vida y justicia para tus hijos, danos la valentía necesaria para comprometernos en la construcción de un mundo mejor. Amén.

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