Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA FEB 12 DE 2022

PAN DE PALABRA SÁBADO.

PRIMERA LECTURA. Del Primer libro de los Reyes 12, 26-32; 13, 33-34
En aquellos días, Jeroboán pensó para sus adentros: “Todavía puede volver el reino a la casa de David. Si la gente sigue huyendo a Jerusalén para hacer sacrificios en el templo del Señor, terminarán poniéndose de parte de su señor, Roboán, rey de Judá; me matarán y volverán a unirse a Roboán, rey de Judá”. Después de aconsejarse, el rey hizo dos becerros de oro y dijo a la gente: “¡Ya está bien de subir a Jerusalén! ¡Este es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto!”. Luego colocó un becerro en Betel y el otro en Dan. Esto incitó a pecar a Israel, porque unos iban a Betel y otros a Dan. También edificó ermitas en los altozanos; puso de sacerdotes a gente de la plebe, que no pertenecía a la tribu de Leví. Instituyó también una fiesta el día quince del mes octavo, como la fiesta que se celebraba en Judá, y subió al altar que había levantado en Betel, a ofrecer sacrificios al becerro que había hecho. En Betel estableció a los sacerdotes de las ermitas que había construido. Jeroboán no se convirtió de su mala conducta y volvió a nombrar sacerdotes de los altozanos a gente de la plebe; al que lo deseaba lo consagraba sacerdote de los altozanos. Este proceder llevó al pecado a la dinastía de Jeroboán y motivó su destrucción y exterminio de la tierra. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 105 – R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
• Hemos pecado con nuestros padres, hemos cometido maldades e iniquidades. Nuestros padres en Egipto no comprendieron tus maravillas. R/.
• En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición; cambiaron su gloria por la imagen de un toro que come hierba. R/.
• Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, maravillas en el país de Cam, portentos junto al mar Rojo. R/.

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Marcos 8, 1-10
Uno de aquellos días, como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me compadezco de esta gente; llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y, si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos”. Le replicaron sus discípulos: “¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para que se queden satisfechos?”. Él les preguntó: “¿Cuántos panes tienen?”. Ellos contestaron: “Siete”. Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús los bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta. Palabra del Señor
PARA MEDITAR: También los no judíos. En el evangelio de hoy Marcos relata una segunda multiplicación de los panes por Jesús en tierra de paganos, donde se encuentra. La primera tenía lugar dentro del territorio de Palestina (6, 35ss). Es común sentir que ambos relatos se refieren a un mismo y único episodio, que en un principio circuló en dos tradiciones distintas, una palestinense y otra helenista, y que fueron recogidas por Marcos sin sincronizarlas. La pregunta de los discípulos: “¿De dónde se puede sacar pan aquí, en despoblado, para que se queden satisfechos?”, sería inexplicable si acabaran de presenciar otra multiplicación.

Jesús subraya el hambre de la multitud cuando dice a sus discípulos: “Me da lástima de esta gente; llevan tres días conmigo y no tienen qué comer. Si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos”. El agravante de la distancia es un dato que tiene proyección teológica. “Los de lejos” es expresión bíblica referida tanto a los judíos de la diáspora como a los gentiles; y aquí se aplica a los paganos que se encuentran entre la muchedumbre, y a quienes va dirigida en especial la acción de Jesús.

El milagro de los panes, como el maná del desierto, es un signo que prefigura la Eucaristía que Cristo instituyó la víspera de su pasión con los mismos gestos y lenguaje de la multiplicación. Pero también es un signo de la convocatoria universal a la salvación mesiánica y al banquete del Reino de Dios por medio de Jesús. Así aparece especialmente en esta segunda multiplicación ante paganos: también los no judíos están invitados y son admitidos.

En la mesa de la Eucaristía, aquí prefigurada, ese pan compartido por los pobres será el cuerpo de Cristo que da vida eterna al que lo come. Así lo explicó Jesús en el discurso del pan de vida que, según el evangelista Juan, pronuncia en la sinagoga de Cafarnaún al día siguiente de la multiplicación de los panes.

PARA REFLEXIONAR: ¿El amor de Dios nos lleva a colaborar en las necesidades de nuestros hermanos, para multiplicar su acción misericordiosa?

ORACIÓN: Señor, queremos celebrar tu cena, con un corazón abierto al amor y a la fraternidad, compartiendo nuestra fe, pan y vida con los hermanos. Danos, Señor, hambre del pan de vida que eres tú, y sáciala definitivamente en el banquete de tu Reino. Amén

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