Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA SEPT 15 DE 2022

PAN DE PALABRA JUEVES NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

 

PRIMERA LECTURA. De Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-11

Hermanos: Les recuerdo el Evangelio que yo les prediqué y que ustedes aceptaron y en el cual están firmes. Este Evangelio los salvará, si lo cumplen tal y como yo lo prediqué. De otro modo, habrán creído en vano. Les transmití, ante todo, lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según estaba escrito; que se le apareció a Pedro y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos reunidos, la mayoría de los cuales vive aún y otros ya murieron. Más tarde se le apareció a Santiago y luego a todos los apóstoles. Finalmente, se me apareció también a mí, que soy como un aborto. Porque yo perseguí a la Iglesia de Dios y por eso soy el último de los apóstoles e indigno de llamarme apóstol. Sin embargo, por la gracia de Dios, soy lo que soy, y su gracia no ha sido estéril en mí; al contrario, he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios, que está conmigo. De cualquier manera, sea yo, sean ellos, esto es lo que nosotros predicamos y esto mismo lo que ustedes han creído. Palabra de Dios

 

SALMO RESPONSORIAL. Del salmo 117  –  R/. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno.

  • Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel: «Su misericordia es eterna». R/.
  • Escuchemos el canto de victoria que sale de la casa de los justos: «La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo». R/.
  • No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. Tú eres mi Dios, y te doy gracias. Tú eres mi Dios, y yo te alabo. R/.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Juan 19, 25-27

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego, dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: “Tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la Cruz”, ha afirmado la oración del día, centrando así la intención de esta memoria. Estamos celebrando algo más que una anécdota, algo más que el sentimiento de una mujer junto a su hijo moribundo. Es el misterio de María en los planes de Dios: María junto a Jesús en su hora pascual, compartiendo su muerte y, luego, su gloria. En cierto modo, la memoria de hoy completa la celebración de la fiesta de ayer: la Cruz de Cristo se hace también cruz de sus seguidores, de su comunidad, representada en primer lugar por su Madre.

 

“La unión de la Madre con el Hijo alcanza su culminación en el Calvario, donde Cristo se ofreció a sí mismo y donde María estuvo junto a la Cruz, sufriendo profundamente con su Unigénito y asociándose con ánimo materno a su sacrificio, adhiriéndose amorosamente a la inmolación de la Víctima por ella engendrada y ofreciéndose ella misma al Padre eterno”,

 

En el evangelio, toda la vida de María se nos presenta como una experiencia continuada de dolor, junto a momentos de intensa alegría y júbilo, como el Magníficat. Es poético escuchar el anuncio gozoso del ángel, que ella va a ser la Madre del Mesías. Parece también fácil la respuesta: “Hágase en mí según tu palabra”. Pero luego, en la práctica, la fidelidad a la misión comporta opciones y renuncias y experiencia de sufrimiento.

 

De verdad, María de Nazaret aparece como “mujer experta en dolor” y como un modelo en el camino del seguimiento de Cristo: la tristeza de dar a luz en un establo, el anuncio de Simeón, la huida a Egipto, la pérdida del niño en el viaje al Templo, la sorpresa de no entender su lenguaje, los malentendidos y la persecución que se van acumulando sobre el joven profeta cuando empieza su misión pública y, sobre todo, su muerte en la Cruz y su sepultura. La Virgen de los Dolores. La Dolorosa. La imagen clásica de la Piedad de Miguel Ángel: María con el Hijo muerto en su regazo… El de María es un camino lleno de dificultades. No lo entiende todo. Hay en su vida momentos de duda y oscuridad. Es un aspecto que san Juan Pablo II resaltó en la Redemptoris Mater, hablando insistentemente de la “peregrinación de la fe” de María. Llega a decir que “no es difícil notar en María una particular fatiga del corazón, unida a una especie de noche de la fe, usando una expresión de san Juan de la Cruz”

 

También nosotros nos unimos, del mismo modo, en un vía crucis más o menos dramático, a la Cruz de Cristo y compartimos su destino de entrega. Por eso le pedimos a Dios en la misa de hoy: “Haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección”; “al recordar los dolores de la Virgen María, completemos en nosotros, a favor de la Iglesia, lo que falta a la pasión de Jesucristo”

 

PARA REFLEXIONAR: Contemplemos a María a los pies de la cruz, mujer fuerte y silenciosa. ¿Cómo es nuestra devoción a María, la madre de Jesús?

 

ORACIÓN FINAL: Te has dado a nosotros totalmente, Señor, y ahora nos dejas en herencia sacrosanta a tu propia Madre. ¿Cómo agradecerte tanta generosidad? Ayúdanos a ser buenos hijos. Amén.

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