Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA OCT 07 DE 2022

PAN DE PALABRA VIERNES. NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

 

PRIMERA LECTURA. De la Carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 7-14

Hermanos: Comprendan de una vez que hijos de Abrahán son los hombres de fe. Además, la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, le adelantó a Abrahán la buena noticia: “Por ti serán benditas todas las naciones”. Así que son los hombres de fe los que reciben la bendición con Abrahán, el fiel. En cambio, los que se apoyan en la observancia de la ley tienen encima una maldición, porque la Escritura dice: “Maldito el que no cumple todo lo escrito en el libro de la ley”. Que con base en la ley nadie se justifica ante Dios es evidente, porque lo que está dicho es que “el justo vivirá por su fe”, y la ley no arranca de la fe, sino que “el que la cumple vivirá por ella”. Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros un maldito, porque dice la Escritura: “Maldito todo el que cuelga de un árbol”. Esto sucedió para que, por medio de Jesucristo, la bendición de Abrahán alcanzara a los gentiles y por la fe recibiéramos el Espíritu prometido. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 110  –  R. El Señor recuerda siempre su alianza.

  • Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea. Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman. R/.
  • Esplendor y belleza son su obra, su generosidad dura por siempre; ha hecho maravillas memorables, el Señor es piadoso y clemente. R/.
  • Él da aliento a sus fieles, recordando siempre su alianza; mostró a su pueblo la fuerza de su obrar, dándoles la heredad de los gentiles. R/.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Lucas 11, 15-26

En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: “Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: “Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, sus hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: ‘Volveré a la casa de donde salí’. Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio”. Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: Puesto que el Padre le dio todo poder a su Hijo y lo resucitó de la muerte por el Espíritu, la figura de Cristo se ha convertido para nosotros en signo y sacramento de lo que Dios nos reserva: la vida y no la muerte, la libertad y no la esclavitud, la felicidad y no la desesperación.

 

Dondequiera que impere el mal y sus consecuencias: pecado y miseria, orgullo e injusticia, explotación y opresión, anulación de la persona y violación de los derechos humanos, allí puede transformarse todo por la salvación de Cristo, porque Él es el más fuerte. Colaboremos con Él y pongámonos de su parte.

 

El cristiano de base no puede ser neutral, su fe, si de verdad la tiene y la vive, lo compromete. Este compromiso, gozoso y no impuesto, libre y no coaccionado, brota de la vocación cristiana a la fe y al seguimiento de Cristo. Si Jesús vino a servir y no a ser servido, con cuánta mayor razón nosotros.

 

Solo se comprende bien aquello que uno ama y vive personalmente. Para conocer a una persona a la perfección hay que vivir y compartir la existencia con ella. Eso mismo sucede con Cristo. Para conocerlo y amarlo, para estar de su parte incondicionalmente, no tenemos otro camino y posibilidad que la familiaridad con Él mediante la oración y la escucha de su Palabra. Esta nos invita a una continua y siempre inacabada conversión; así iremos venciendo con Jesús el mal que anida dentro de nosotros e impera a nuestro alrededor. Porque Cristo es el más fuerte.

 

PARA REFLEXIONAR: ¿Reconocemos que solo la fe en el Señor nos abre las puertas de la salvación? ¿Qué acciones prácticas nos ayudan a combatir el mal en nosotros mismos y en la sociedad?

 

ORACIÓN FINAL: Padre bueno, la fe nos hace ver en Jesús a tu Hijo y enviado, imagen de tu gloria y nuestro único salvador; por eso Él es el más fuerte y el vencedor del mal y del pecado. Concédenos profundizar día a día su misterio y llegar un día a su conocimiento definitivo cara a cara. Amén.

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