Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA OCT 05 DE 2022

PAN DE PALABRA MIERCOLES

 

PRIMERA LECTURA. De la Carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2, 1-2.7-14

Hermanos: Transcurridos catorce años, subí otra vez a Jerusalén en compañía de Bernabé, llevando también a Tito. Subí por una revelación. Les expuse el Evangelio que predico a los gentiles, aunque en privado, a los más representativos, por si acaso mis afanes de entonces o de antes eran vanos. Al contrario, vieron que Dios me ha encargado de anunciar el Evangelio a los gentiles, como a Pedro de anunciarlo a los judíos; el mismo que capacita a Pedro para su misión entre los judíos me capacita a mí para la mía entre los gentiles. Reconociendo, pues, el don que he recibido, Santiago, Pedro y Ju.an, considerados como columnas, nos dieron la mano a Bernabé y a mí en señal de solidaridad de acuerdo en que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los judíos.

Una sola cosa nos pidieron: que nos acordáramos de sus pobres, y esto lo he tomado muy a pecho. Pero cuando Pedro llegó a Antioquía, tuve que encararme con él, porque era reprensible. Antes de que llegaran ciertos individuos de parte de Santiago, comía con los gentiles; pero cuando llegaron aquellos, se retrajo y se puso aparte, temiendo a los partidarios de la circuncisión. Los demás judíos lo imitaron en esta simulación, tanto que el mismo Bernabé se vio arrastrado con ellos a la simulación. Ahora que, cuando yo vi que su conducta no cuadraba con la verdad del Evangelio, le dije a Pedro delante de todos: “Si tú, siendo judío, vives a lo gentil y no a lo judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a las prácticas judías?”. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Del salmo 116  –  R.  Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio

  • Alaben al Señor, todas las naciones, aclámenlo todos los pueblos. R/.
  • Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R/.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”. Él les dijo: “Cuando oren digan: ‘Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos deje caer en la tentación’”. Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: Comenzamos por llamar a Dios padre; así entramos confiadamente en el círculo de la familia trinitaria. De las muchas veces que se menciona a Dios en el Antiguo Testamento, tan solo catorce veces se le llama “Padre”. Si a esto añadimos que la traducción más exacta del vocablo arameo abba, que Jesús empleó, es nuestro “papá”, el asombro y el júbilo se desbordan incontenibles.

 

Padre nuestro; así nos abrimos también a Cristo, el Hijo de Dios, nuestro hermano mayor, y a todos los demás hombres, nuestros hermanos. Que tu nombre –semitismo que indica la persona– sea bendecido y reconocido como santo por todos. Que tu reino venga a nosotros, es decir, que tu reinado de amor, tu soberanía amorosa y salvadora llegue al mundo de los hombres, manifestándose en toda su plenitud. Para esto, hágase tu voluntad en nuestra vida personal y comunitaria.

Danos hoy nuestro pan de cada día, el sustento diario, lo que necesitamos para vivir, sin acaparar lo superfluo y abiertos a compartir lo nuestro con los hermanos, en especial con los más necesitados; pues Dios hizo el mundo y sus bienes para todos. Danos también, Señor, el pan de tu Palabra y el pan de la Eucaristía, el cuerpo de Cristo que da vida eterna.

 

Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a quienes nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación que nos aparta de ti, para salir victoriosos de todas las pruebas, sobre todo de la gran prueba del combate final. Mantennos en la fidelidad y líbranos del mal que pudiéramos realizar nosotros y del que podamos ser víctimas, para que, vencedores del maligno, alcancemos la felicidad y bienaventuranza de tu compañía para siempre.

 

PARA REFLEXIONAR: ¿Sentimos la comunión con el Padre del cielo? ¿Construimos la unidad con nuestra comunidad eclesial? ¿Trabajamos por la comunión en nuestra familia?

 

ORACIÓN FINAL: Danos el pan de la vida temporal y eterna, de manera que nuestra espera se vea cumplida en ti. Y mantennos fuertes en las tentaciones contra la fe, para que no sucumbamos a la infidelidad y al mal. Amén.

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