Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA MAY 01 DE 2024

PAN DE PALABRA MIERCOLES

 

PRIMERA LECTURA. De los Hechos de los Apóstoles 15, 1-6

En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia. Ellos, pues, enviados por la Iglesia y provistos de lo necesario, atravesaron Fenicia y Samaría, contando cómo se convertían los gentiles, con lo que causaron gran alegría a todos los hermanos. Al llegar a Jerusalén, fueron acogidos por la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros; ellos contaron lo que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron, diciendo: “Es necesario circuncidarlos y ordenarles que guarden la Ley de Moisés”. Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Salmos 121  –  R. Vamos alegres a la casa del Señor.

  • ¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R/.
  • Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. R/.
  • Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado; permanezcan en mí, y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no pueden hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que desean, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que den fruto abundante; así serán discípulos míos”. Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: La Palabra divina no solo nos entusiasma con sus imágenes llenas de vida, de color y de frutos en abundancia, sino que también nos quiere hacer comprender que el discipulado es posible solo en permanente unidad y comunión con Jesús. Ella evidencia cómo los creyentes deseamos “estar”, “morar” y “permanecer” en y con Dios, cómo tratamos constantemente de superar la temporalidad, el cambio y la muerte, cómo nos encontramos siempre en busca de algo permanente, firme y sólido donde afincar nuestra persona y nuestro mundo. Todo eso lo encontramos únicamente en la persona de Jesús, en su compañía y en su presencia.

 

La acción de “permanecer” es expresión de comunidad, apunta a tener una morada, un espacio en el cual ser nosotros mismos, descansar y dar fruto abundante, pero también expresa nuestro anhelo de perseverancia y de búsqueda continua de estar con Jesús incluso en la persecución. Nuestra existencia cristiana solo es posible en una constante unidad con Cristo dibujada con la imagen de la vid y de la reciprocidad continua.

 

PARA REFLEXIONAR: ¿Cómo mostrar a los creyentes que, si se separan de la Vid verdadera, de Jesucristo, no podrán dar fruto abundante, de que el mundo no podrá escucharlos si falta la gracia del Espíritu? ¿Qué signos evidencian a los demás que mi vida está unida al único que es la Vid verdadera?

 

ORACIÓN FINAL: Padre, gracias porque todo creyente que permanece en Jesús y siempre que Él permanece en el creyente, este puede dar fruto abundante; condúcenos a la comunión con tu Hijo por tu Espíritu Santo, así seremos testigos no por las palabras, sino por nuestras obras de que Dios habita en nosotros. Amén.

Compartir:

Share on facebook
Share on twitter
Share on pinterest
Share on whatsapp

Ingresa tu búsqueda

Lecturas recientes

También te recomendamos: