Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA MAR 24 DE 2022

PAN DE PALABRA JUEVES

 

PRIMERA LECTURA. Del libro de Jeremías 7, 23-28

Esto dice el Señor: “Esta es la orden que di a mi pueblo: ‘Escuchen mi voz, y yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; caminen siempre por el camino que yo les mostraré, para que les vaya bien’. Pero ellos no escucharon ni prestaron oído. Caminaron según sus ideas, según la maldad de su corazón obstinado, y en vez de darme la cara, me dieron la espalda, desde que sus padres salieron del país de Egipto hasta hoy. Yo les envié a mis siervos, los profetas, un día y otro día; pero ellos no los escucharon ni les prestaron oído. Endurecieron su cabeza y fueron peores que sus padres. Tú les dirás, pues, todas estas palabras, pero no te escucharán; los llamarás y no te responderán. Entonces les dirás: ‘Este es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, su Dios, ni aceptó la corrección. Ya no existe fidelidad en Israel; ha desaparecido de su misma boca’”.

Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 94  –  R/. Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: «No endurezcan su corazón»

  • Vengan, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. R/.
  • Entren, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.
  • Ojalá escuchen hoy su voz: «No endurezcan el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando sus padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras». R/.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23

En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada. Pero algunos decían: “Este expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: “Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”. Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: Solamente optando por Cristo, que es el más fuerte y ha vencido el mal, será posible también nuestra victoria sobre el pecado que trata de señoreamos. Toda elección supone un sacrificio y una renuncia a algo. Así, en vez de ser esclavos del egoísmo tenebroso que quiere hacerse señor de nuestro bajo mundo, podremos derrotarlo a base de amor, venciendo el mal con el bien.

 

Para consolidar esta opción por Cristo hemos de poner en práctica la Palabra escuchada. Porque el peligro del culto vacío, fruto de la sordera a la Palabra escuchada, como denunciaba el profeta Jeremías, tiene aplicación también hoy en nuestras comunidades cristianas. La Palabra de Dios es eficaz, ciertamente, pero no de manera automática, es decir, no sin nuestra colaboración.

 

La manifestación más profunda de Dios, su palabra más personal, no se agota en la proclamación de las lecturas bíblicas ni en la predicación y comentarios de las mismas, con ser ambas importantes. El nivel más hondo de la eficacia de la Palabra de Dios se alcanza en el misterio de la fe, es decir, en el mismo acontecimiento salvador que celebramos y que la palabra actualiza mistérica pero realmente, gracias a la presencia de Cristo resucitado actuando por su Espíritu en la comunidad congregada en la fe y en la escucha de la Palabra.

 

Nuestra generación, que consume ruido y sonidos en cantidad, apenas oye porque no escucha. Hemos de volver a la oración del silencio, dándole prioridad en muchos momentos de nuestra vida, especialmente en la celebración litúrgica, para escuchar interiormente la palabra eficaz de Dios y actuar conforme a ella.

 

PARA REFLEXIONAR: ¿Nuestro actuar cotidiano demuestra que estamos “con el Señor” o, por el contrario, que estamos “contra el Señor”?

 

ORACIÓN: Señor, no permitas que se endurezcan nuestros corazones. Concédenos percibir tus signos y la voz de tu Palabra en la celebración litúrgica y los acontecimientos de la vida. Amén.

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