Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA MAR 14 DE 2022

PAN DE PALABRA LUNES

 

PRIMERA LECTURA. Del libro de Daniel 9, 4b-10

En aquellos días, imploré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: “Señor Dios, grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidades, hemos sido malos, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas. No hemos hecho caso a los profetas, tus siervos, que hablaban a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo. Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la vergüenza en el rostro, que ahora soportan los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén y de todo Israel, próximos y lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste, a causa de las infidelidades que cometieron contra ti. Señor, la vergüenza es nuestra, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. De nuestro Dios, en cambio, es el tener misericordia y perdonar, aunque nos hemos rebelado contra Él, y al no seguir las leyes que Él nos había dado por medio de sus siervos, los profetas, no hemos obedecido su voz”. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 78  –  R/. No nos trates, Señor, como merecen nuestros pecados.

  • No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que tu amor venga pronto a socorrernos, porque estamos totalmente abatidos. R/.
  • Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados. R/.
  • Que lleguen hasta ti los gemidos del cautivo; con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte.
  • Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre y de generación en generación te alabaremos. R/.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Lucas 6, 36-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien pesada, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos”.  Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: En el evangelio de hoy oímos a Jesús decir: “Perdonen y serán perdonados; den y se les dará… La medida que usen, la usarán con ustedes”. La misericordia y el perdón son grandes cualidades de Dios, como le gusta repetir al evangelista Lucas. Dios actúa así precisamente porque lo puede todo. Si san Juan define a Dios como amor, Lucas lo muestra como misericordia, que es decir lo mismo. De ahí se concluye que la verdadera grandeza del hombre, lo que le realiza como tal, es reflejar esa imagen del Dios santo que lleva dentro. Demasiadas veces la velamos con nuestra ruindad, estrechez de juicios y sed de venganza.

 

Conversión al amor y al perdón. No tenemos otra opción: o crecemos en estatura espiritual mediante el amor que perdona y acepta a los demás con sus limitaciones humanas, o disminuimos hasta enquistarnos en el enanismo mediante una actitud egoísta. Sobra decir que la actitud correcta es la primera, la única que tiene proyección cristiana y de madurez personal, la única que verifica el seguimiento de Cristo por su discípulo.

 

Los textos bíblicos de este día de Cuaresma nos están pidiendo a gritos una conversión; de lo contrario, es imposible cumplir la consigna de Jesús: no juzguen, den, perdonen. Eso nos parecerá la bonita utopía de un soñador. ¿Perdonar a cambio de nada? ¡Eso es demasiado!

 

Si con humildad ante el Señor entendemos que nosotros mismos necesitamos ese perdón gratuito de Dios, más todavía, que efectivamente somos objeto del mismo, las cosas cambian. Entonces podemos perdonar con el amor con que hemos sido perdonados por él. Así la ley del perdón no nos parecerá una ley impuesta exteriormente, sino una consecuencia necesaria que brota de nuestra condición de pecadores perdonados.

 

PARA REFLEXIONAR: ¿Nuestra conversión cristiana nace de un sincero arrepentimiento y de la certeza del amor y la misericordia de Dios?

 

ORACIÓN: Tú, que eres Dios lento a la cólera y lleno de ternura, cambia, a imagen de Cristo, nuestros corazones de piedra, para que, sin calcular ni medir nuestro perdón, podamos recibir de ti una medida colmada y rebosante. Amén.

 

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