Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA FEB 16 DE 2022

PAN DE PALABRA MIÉRCOLES

PRIMERA LECTURA. De la Carta del apóstol Santiago 1, 19-27
Tengan esto presente, mis queridos hermanos: sean todos prontos para escuchar, lentos para hablar y lentos para la ira. Porque la ira del hombre no produce la justicia que Dios quiere. Por lo tanto, eliminen toda suciedad y esa maldad que les sobra y acepten dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvarlos. Llévenla a la práctica y no se limiten a escucharla, engañándose a ustedes mismos, pues quien escucha la palabra y no la pone en práctica se parece a aquel que se miraba la cara en el espejo y, apenas se miraba, daba media vuelta y se olvidaba de cómo era. Pero el que se concentra en la ley perfecta, la de la libertad, y es constante, no para oír y olvidarse, sino para ponerla por obra, este será dichoso al practicarla. Hay quien se cree religioso y no tiene a raya su lengua; pero se engaña, su religión es vacía. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es esta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 14 – R/. ¿Quién puede habitar en tu monte santo, Señor?
• El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. R/.
• El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. R/.
• El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará. R/.

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Marcos 8, 22-26
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Le trajeron un ciego pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: “¿Ves algo?”. Empezó a distinguir y dijo: “Veo hombres; me parecen árboles, pero andan”. Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía todo con claridad. Jesús lo mandó a casa diciéndole: “No entres siquiera en la aldea”. Palabra del Señor.

PARA MEDITAR: Iluminación gradual y progresiva. El relato evangélico de hoy es exclusivo de Marcos. Jesús cura a un ciego en Betsaida, la patria de los apóstoles Pedro, su hermano Andrés y Felipe. La estructura habitual de la narración de milagros no es observada aquí por el evangelista. Las circunstancias del enfermo se limitan a decir que es un ciego, y no se menciona la reacción de la gente. En cambio, la parte central, la curación, se describe con mucho detalle, en paralelismo con el caso del sordomudo de la Decápolis.

Entre las semejanzas advertimos estas: no se habla de la fe del enfermo, pero se muestra la de quienes lo traen a Jesús para que lo toque; este lo saca de la población llevándolo de la mano, le unta con saliva los ojos y le impone las manos.

Pero hay un punto que es exclusivo de esta curación: se realiza en dos tiempos. Es el único caso de los evangelios en que la sanación es gradual y no instantánea. Después de la primera imposición de manos, el ciego no distingue netamente los objetos: “Veo hombres, me parecen árboles, pero andan”. Detalle que da a la narración un sello de autenticidad. Solamente después de la segunda imposición de manos ve todo con claridad. Finalmente Jesús le recomienda el habitual silencio.

PARA REFLEXIONAR. ¿Pretendemos ver cambios rápidos y radicales en algunas situaciones de nuestra vida, olvidando que con paciencia se pueden ir alcanzando pequeñas metas?

ORACIÓN: Tócanos, Señor, y llévanos de la mano con cuidado. Ilumínanos con la luz de Cristo y de tu Espíritu, haciéndonos transparentes como Jesús, para obrar el bien y caminar como testigos de tu amor. Amén.

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