Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA DIC 09 DE 2024

PAN DE PALABRA LUNES

 

PRIMERA LECTURA, Del libro de Isaías 35, 1-10

El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrará la estepa y florecerá, germinará y florecerá como flor de narciso, festejará con gozo y cantos de júbilo. Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Contemplarán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios. Fortalezcan las manos débiles, afiancen las rodillas vacilantes; digan a los inquietos: “Sean fuertes, no teman. ¡He aquí su Dios! Llega el desquite, la retribución de Dios. Viene en persona y los salvará”. Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se abrirán; entonces saltará el cojo como un ciervo y cantará la lengua del mudo; porque han brotado aguas en el desierto y corrientes en la estepa. El páramo se convertirá en estanque, el suelo sediento en manantial. En el lugar donde se echan los chacales habrá hierbas, cañas y juncos. Habrá un camino recto. Lo llamarán “Vía sacra”. Los impuros no pasarán por él. Él mismo abre el camino para que no se extravíen los inexpertos. No hay por allí leones, ni se acercan las bestias feroces. Los liberados caminan por ella y por ella retornan los rescatados del Señor. Llegarán a Sion con cantos de júbilo: alegría sin límite en sus rostros. Los dominan el gozo y la alegría. Quedan atrás la pena y la aflicción. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 84 – R. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará.

  • Voy a escuchar lo que dice el Señor: “Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos”. La salvación está cerca de los que le temen fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
  • La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R/.
  • El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, y sus pasos señalarán el camino. R/.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Lucas 5, 17-26

Un día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones. En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo: “Hombre, tus pecados están perdonados”. Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos: “¿Quién es este que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?”. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo: “¿Qué están pensando en sus corazones? ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate y echa a andar’? Pues, para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados -dijo al paralítico-: ‘A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa’”. Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios. El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.

Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: El Adviento nos inspira a despertar, animar y conservar una actitud de contemplación ante las obras que Dios realiza y las que realizará en favor de todo el género humano. Con esta contemplación, adquirimos la sabiduría que necesitamos para poder encausar nuestra mirada en la dirección correcta: ver la salvación. Nuestra misión, como la de Juan, ha de conducirnos a educar en este momento histórico de tanta fragmentación, en la visión de la persona humana en su integralidad. Esto nos desafía a hacer valer, y no solo a defender o destacar, los valores humanos y cristianos de la inteligencia, de la voluntad, de la conciencia y de la fraternidad. La misión en Adviento es provocar que los seres humanos provenientes de todo lugar, se conviertan, sean más conscientes y estén motivados por esa Palabra que irrumpe en su vida no solo para convocarlos, sino también para enviarlos con la misión de que agrupados en fraternidad experimentemos relaciones más ricas y más felices, en las que la vida produzca y lleve, además del consuelo a cada uno, la capacidad de levantar la mirada y contemplar la salvación de Dios, su irrupción en la vida de todos haciendo de ella una realidad llena de símbolos y de formas de comunión que generen armonía, que visualicen la irrupción de la salvación de Dios.

 

PARA REFLEXIONAR: ¿Con qué acciones podemos los cristianos motivar a muchos a que se dispongan a mirar cómo se acerca la salvación, como todas las cosas son hechas nuevas y cómo ella es para todos? ¿Qué nos impide hoy estar atentos a la llegada del Señor que viene a salvarnos?

 

ORACIÓN FINAL: Padre santo que tu Espíritu nos permita en el hoy de la historia ser personas abiertas a tu acción salvadora, que la palabra y las acciones de Jesús nos maravillen, pues en él eres tú Dios mismo, que viene a salvarnos. Que nuestro testimonio sea coherente con la salvación que nos ha traído en Jesús, Amén.

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