Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA DIC 04 DE 2022

PAN DE PALABRA DOMINGO

 

PRIMERA LECTURA. Del libro del profeta Isaías 11, 1-10

En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y entendimiento, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor del Señor. Lo inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará de oídas; juzgará a los pobres con justicia, sentenciará con rectitud a los sencillos de la tierra; pero golpeará al violento con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios hará morir al malvado. La justicia será ceñidor de su cintura, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, el leopardo se tumbará con el cabrito, el ternero y el león pacerán juntos: un muchacho será su pastor. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león como el buey, comerá paja. El niño de pecho retoza junto al escondrijo de la serpiente, y el recién destetado extiende la mano hacia la madriguera del áspid. Nadie causará daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país del conocimiento del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé será elevada como enseña de los pueblos: se volverán hacia ella las naciones y será gloriosa su morada. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 71

  1. Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.
  • Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R/.
  • En sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R/.
  • Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del • 184 • Domingo 4 indigente, y salvará la vida de los pobres. R/.
  • Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol; él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.

 

SEGUNDA LECTURA: De la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 15, 4-9

Hermanos: Todo lo que se escribió en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, a fin de que a través de nuestra paciencia y del consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que el Dios de la paciencia y del consuelo les conceda tener entre ustedes los mismos sentimientos, según Cristo Jesús; de este modo, unánimes, a una voz, ustedes glorificarán al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por eso, acójanse mutuamente, como Cristo los acogió para gloria de Dios. Es decir, Cristo se hizo servidor de la circuncisión en atención a la fidelidad de Dios, para llevar a cumplimiento las promesas hechas a los patriarcas y, en cuanto a los gentiles, para que glorifiquen a Dios por su misericordia; como está escrito: “Por esto te alabaré entre los gentiles y cantaré para tu nombre”. Palabra de Dios

 

EVANGELIO: Del santo Evangelio según san Mateo 3, 1-12

Por aquellos días, Juan el Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando: “Conviértanse, porque está cerca el Reino de los Cielos”. Este es el que anunció el profeta Isaías diciendo: “Voz del que grita en el desierto: ‘Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos’”. Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: “¡Raza de víboras!, ¿quién les ha enseñado a escapar del castigo inminente? Den el fruto que pide la conversión. Y no se hagan ilusiones, pensando: ‘Tenemos por padre a Abrahán’, pues les digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no de buen fruto será talado y echado al fuego. Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezco ni llevarle las sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su grano, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga”. Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: El mensaje del Adviento, con la cercanía de la Navidad, la fiesta del Dios con- nosotros, es fundamentalmente de alegría y esperanza. Pero no hay nada más exigente que el amor y la fiesta. Por eso escuchamos hoy llamadas claras a una seria preparación.

 

La conversión no significa algo superficial, unas prácticas más o menos clásicas de oración o de ayuno. Para convertirnos, no hace falta que seamos grandes pecadores. A todos nosotros, desde nuestra existencia concreta, que puede ser sencillamente de pereza, tibieza o dejadez, se nos pide que, en vísperas de Navidad, nos convirtamos, que reorientemos nuestra vida, para poder celebrar bien la venida del Señor.

 

Tenemos que entrar en la dinámica del Adviento. No esperamos solo la Navidad. Lo que sí esperamos, y trabajamos para conseguirlo, es que el Reino venga de verdad a nosotros, a nuestra existencia personal y comunitaria. Por eso repetimos en el Padrenuestro, que nos enseñó Jesús, la petición “venga a nosotros tu Reino”.

 

El Reino ya vino. Ya está presente y vendrá al final de los tiempos en plenitud. Mientras tanto, tiene que ir entrando en nuestra vida. Porque nunca lo acabamos de admitir en nosotros y abrirle nuestras puertas. Está en la Iglesia y en la Eucaristía y en la Palabra. Está también en las personas y los acontecimientos: porque Dios se nos manifiesta -si lo queremos reconocer- de mil maneras en nuestra vida de cada día.

 

El Adviento es una postura dinámica, activa. Le pedimos a Dios, en la oración colecta, que no permita distraernos de nuestro camino por ninguna tentación que nos salen al paso, “que cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, los afanes de este mundo no lo impidan”.

 

PARA REFLEXIONAR: ¿Cuántas veces hemos hecho el propósito de cambiar, de dejar nuestros malos hábitos, de ser mejores personas, y continuamos por los mismos caminos?

 

ORACIÓN FINAL: Padre de infinita bondad: concédenos la gracia de la conversión para que podamos preparar la venida de nuestro Salvador. Amén.

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