Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA ABR 29 DE 2023

PAN DE PALABRA SABADO

 

PRIMERA LECTURA. Del libro de los Hechos de los Apóstoles 9, 31-42

En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en el temor del Señor, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo. Pedro que estaba recorriendo el país, bajó, también a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que desde hacía ocho años no se levantaba de la camilla. Pedro le dijo: “Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y arregla tu lecho”. Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Sarón, y se convirtieron al Señor. Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacía infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba. Como Lida está cerca de Jafa, al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres a rogarle: “No tardes en venir a nosotros”. Pedro se levantó y se fue con ellos. Al llegar, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron todas las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela mientras estuvo con ellas. Pedro, mandando salir a todos, se arrodilló, se puso a rezar y, volviéndose hacia el cuerpo, dijo: “Tabita, levántate”. Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él, dándole la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 115 – R. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

 

  • ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor. R/.
  • Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. R/.
  • Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando el nombre del Señor. R/.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Juan 6, 60-69

En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús dijeron: “Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?”. Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: “¿Esto los escandaliza?, ¿y si vieran al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre ustedes que no creen”. Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían·y quién lo iba a entregar. Y dijo: “Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede”. Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con Él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: “¿También ustedes quieren marcharse?”. Simón Pedro le contestó: “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.  Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR

 

Como Pedro en su tiempo, deberíamos ser cada uno de nosotros “buenos conductores” de la salud y de la vida del Resucitado. Celebrar la Pascua es dejarnos llenar nosotros mismos de la fuerza de Jesús, y luego irla transmitiendo a los demás, en los encuentros con las personas. ¿Curamos enfermos, resucitamos muertos en nombre de Jesús? Sin llegar a hacer milagros, pero ¿salen animados los que sufren cuando se han encontrado con nosotros? ¿Logramos reanimar a los que están sin esperanza, o se sienten solos, o no tienen ganas de luchar?

También en el mundo de hoy, como para los oyentes que tenía en Cafarnaún, Jesús se convierte en signo de contradicción, como había anunciado el anciano Simeón, cuando María y José presentaron a su hijo en el Templo.

 

Cristo es difícil de admitir en la propia vida, si se entiende todo lo que comporta el creer en Él. Es pan duro, pan con corteza. No solo consuela e invita a la alegría. Muchas veces es exigente, y su estilo de vida está no pocas veces en contradicción con los gustos y las tendencias de nuestro mundo. Creer en Jesús, y en concreto también comulgar con Él en la Eucaristía, que es una manera privilegiada de mostrar nuestra fe en Él, puede resultar difícil.

 

Nosotros, gracias a la bondad de Dios, somos de los que han hecho opción por Cristo Jesús. No lo hemos abandonado. Como fruto de cada Eucaristía, tendríamos que imitar la actitud de Pedro: “¿A quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna”.

 

PARA REFLEXIONAR: Pongámonos en el lugar de Pedro ante Jesús. ¿Qué le responderíamos a Jesús cuando nos pregunte: También ustedes quieren irse?”.

 

ORACIÓN FINAL: Señor Jesús: no obstante que tus palabras sean radicales y comprometedoras queremos decirte: tú solo, Señor, tienes palabras de vida eterna. Amén.

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