Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA OCT 08 DE 2023

PAN DE PALABRA DOMINGO

 

PRIMERA LECTURA. De la profecía de Isaías 5, 1-7

Voy a cantar a mi amigo el canto de mi amado por su viña. Mi amigo tenía una viña en un fértil collado. La entrecavó, quitó las piedras y plantó buenas cepas; construyó en medio una torre y cavó un lagar. Esperaba que diese uvas, pero dio agrazones. Ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sean jueces entre mí y mi viña. ¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no hubiera hecho? ¿Por qué, cuando yo esperaba que diera uvas, dio agrazones? Pues les hago saber lo que haré con mi viña: quitar su valla y que sirva de leña, derruir su tapia y que sea pisoteada. La convertiré en un erial: no la podarán ni la escardarán, allí crecerán zarzas y cardos, prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella. La viña del Señor del universo es la casa de Israel y los hombres de Judá su plantel preferido. Esperaba de ellos derecho, y ahí tienen: sangre derramada; esperaba justicia, y ahí tienen: lamentos. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 79  –  R. La viña del Señor es la casa de Israel.

  • Sacaste una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste. Extendió sus sarmientos hasta el mar, y sus brotes hasta el Gran Río. R/.
  • ¿Por qué has derribado su cerca para que la saqueen los viandantes, la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas? R/.
  • Dios del universo, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña. Cuida la cepa que tu diestra plantó y al hijo del hombre que tú has fortalecido. R/.
  • No nos alejaremos de ti: danos vida, para que invoquemos tu nombre. Señor, Dios del universo, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve. R/.

 

SEGUNDA LECTURA. De la Carta de san Pablo a los Filipenses 4, 6-9

Hermanos: Nada les preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, sus peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, ténganlo en cuenta. Lo que aprendieron, recibieron, oyeron, vieron en mí, pónganlo por obra. Y el Dios de la paz estará con ustedes. Palabra de Dios.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos. Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para recibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’. Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: ‘Este es el heredero: vengan, lo matamos y nos quedamos con su herencia’. Y agarrándolo, lo sacaron de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?”. Le contestan: “Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo”. Y Jesús les dice: “¿No han leído nunca en la Escritura: ‘La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente’? Por eso les digo que se les quitará a ustedes el Reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos”. Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: El símbolo de la viña es para nosotros el espejo en el cual se puede ver y reflexionar la historia personal y comunitaria de nuestra relación con Dios. Hoy es la Iglesia esta gran viña que el Señor cultiva con esmero y que confía a nosotros, viñadores (= colaboradores), con el deber de continuar la misión por Él comenzada. Ciertamente la propuesta es grande. Sin embargo, como Iglesia, somos conscientes de la tensión que existe entre fidelidad e infidelidad, entre el rechazo y la acogida que la Iglesia puede experimentar. El evangelio de este domingo muestra que, a pesar de las dificultades y la aparente fragilidad, nada puede detener el amor de Dios por los hombres, ni siquiera la eliminación de su Hijo; al contrario, este sacrificio nos procura a todos la salvación.

 

Nosotros no somos de los que rechazan a Cristo, ciertamente. Sabemos que Él es la piedra angular y creemos en Él. Pero, ¿damos los frutos que él espera de nosotros? ¿Seguirá siendo actual el aviso de Jesús, de que será retirado el Reino a los primeros destinatarios, y les será dado a otros que lo administren mejor? ¿No será esta la explicación del cambio de comunidades cristianas que durante siglos estuvieron llenas de vitalidad y ahora languidecen?, ¿o de familias religiosas que en otros tiempos florecieron en vocaciones y ahora prácticamente han desaparecido?

 

Si alguien quiere saber cuáles son esos “frutos” que Dios espera de su viña, no tiene más que volver a leer a Isaías: esperaba derecho, y le damos violencia; justicia, y no hay más que lamentos. Los frutos, por tanto, están en el sentido de la caridad y de la justicia.

 

PARA REFLEXIONAR: Si somos miembros del pueblo de Dios por el bautismo, ¿cómo acogemos hoy o cómo rechazamos nuestra relación con Dios desde la persona de Jesús? ¿De qué manera esta parábola se refiere también hoy a nuestra relación con Dios y con la Iglesia?

 

ORACIÓN FINAL: Señor, también nosotros te dirigimos la invocación del salmista: “No abandones la viña que tu diestra ha plantado”. Tenemos mucha necesidad de tu misericordia y mientras que en nuestro corazón esté el deseo y la búsqueda de tu rostro, el camino de la salvación está siempre abierto. Amén.

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