Niño Jesús de Praga, Palabra del día

PAN DE LA PALABRA JUN 19 DE 2023

PAN DE PALABRA LUNES

 

PRIMERA LECTURA. De la Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 1-10

Hermanos: Como cooperadores del Señor, los exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice: “En el tiempo favorable te escuché, en el día de la salvación te ayudé”. Pues miren: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación. Nunca damos a nadie motivo de escándalo, para no poner en ridículo nuestro ministerio; antes bien, nos acreditamos en todo como ministros de Dios con mucha paciencia en tribulaciones, infortunios, apuros; en golpes, cárceles, motines; fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos con limpieza, ciencia, paciencia y amabilidad; con el Espíritu Santo y con amor sincero, con palabras verdaderas y la fuerza de Dios; con las armas de la justicia, a derecha e izquierda; a través de honra y afrenta, de mala y buena fama; como impostores que dicen la verdad; desconocidos, siendo conocidos de sobra; moribundos que vivimos; sentenciados nunca ajusticiados; como afligidos, pero siempre alegres; como pobres, pero que enriquecen a muchos; como necesitados, pero poseyéndolo todo. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 97  –  R. El Señor da a conocer su salvación.

  • Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
  • El Señor da a conocer su salvación, revela a las naciones su justicia. Se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/.
  • Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; griten, vitoreen, toquen. R/.

 

EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Mateo 5, 38-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Han oído que se dijo: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Pero yo les digo: no hagan frente al que los agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas”. Palabra del Señor.

 

PARA MEDITAR: Este retrato de Pablo debería ser el de todo cristiano. Los que en la comunidad cristiana tenemos alguna clase de vocación apostólica, dando testimonio de Cristo a los demás −familiares, alumnos, vecinos−, ya sabemos lo que nos espera. Aunque no tanto como Pablo, pero no nos debe extrañar que pasemos apuros y seamos signos de contradicción y tengamos que echar mano de nuestros mejores propósitos y “dones del Espíritu” para seguir fieles a nuestro camino. No se trata, tal vez, de poner la otra mejilla al pie de la letra. Pero sí, de aprender el espíritu de reconciliación, no albergar sentimientos de represalia personal (“el que me la hace me la paga”), no devolver mal por mal, sino cortar las escaladas del rencor en nuestro trato con los demás. Jesús nos ha enseñado a amar a todos, también a los que no nos aman.

 

Ni Jesús ni los cristianos permanecen indiferentes ante las injusticias, sino que las denuncian. El mismo Jesús pidió explicaciones, en presencia del sumo sacerdote, al guardia que lo abofeteó, y Pablo apeló al César para escapar de la justicia, demasiado parcial, de los judíos. Pero sí se nos enseña que, cuando personalmente somos objeto de una injusticia, no tenemos que ceder a deseos de venganza. Al contrario, debemos saber vencer el mal con el amor.

 

 

Puede haber en la asamblea cultual pobres y ricos, blancos y negros, de derecha, centro e izquierda; pero todos en igualdad y en amor de hermanos. La única clasificación inadmisible como simultánea, y sin reconciliación previa, es la que rompe la unidad del cuerpo de Cristo: opresores y oprimidos, explotadores y explotados, verdugos y víctimas, perseguidores y perseguidos por la justicia.

 

PARA REFLEXIONAR: ¿Se podría decir de nosotros que “con la derecha y con la izquierda empuñamos las armas de la salvación” y trabajamos sin desaliento por el bien de los demás? ¿O nos desanimamos fácilmente ante las dificultades y contradicciones?

 

ORACIÓN FINAL: Señor Dios, que no quieres la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, enséñanos y ayúdanos a vencer el mal con el bien, haz que creamos que es posible un mundo nuevo donde reinen el amor y el perdón. Amén.

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